viernes, 10 de diciembre de 2010

¡Quiero ser maestra!

«Papá, quiero ser maestra»

 Si hay un hecho que puede hacer a unos padres temblar es que su hija quiera ser maestra de Educación Infantil. En muchos casos incluso intentan convencer a la joven de que se dedique a otra cosa, por mucho que le guste esa carrera, alegando que no tiene salida. Pero lo más seguro es que ella ingenuamente les diga, «pero si podré trabajar en todo Infantil y también en Primaria». Y digo ingenuamente porque la frase es cierta, pero la realidad es bien diferente.

Cuando sales a buscar trabajo te das cuenta de que realmente tu abanico de posibilidades se limita poco a poco al segundo ciclo de Educación Infantil ya que en primaria normalmente contratan a maestros especializados en esta etapa, en educación física o en educación especial.
Como el primer ciclo de Educación Infantil no está subvencionado, en la mayoría de los colegios no se ofrece, y se limita a escuelas privadas donde se conforman con que haya un maestro de Educación Infantil en todo el centro, que normalmente es el titular, y el resto de personal docente son técnicos en Educación Infantil. No les gusta contratar a maestros, porque como el contrato que les van a hacer es de “educadores”, lo que implica la mitad del sueldo de uno de “maestro”, temen que si les sale un trabajo mejor se vayan antes de que haya acabado el curso.

Otra posible salida es la de construir una nueva escuela, pero requiere un capital de unos 600.000€, más los problemas que supone el abrir un centro de esta envergadura, por lo que la mayoría de los idealistas que se lo plantean terminan olvidándolo.

Debido a todo esto y al poco trabajo que hay en escuelas privadas, en los verdaderos tres cursos en los que te podrían contratar, finalmente te decides a pasar un año entero estudiando para poder opositar. Si apruebas, puede garantizarte el trabajo, pero no que sea a menos de 50 km. de tu casa.


Sheila Pérez, maestra de Educación Infantil

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